ARMAS

Cada año se destruyen unas 4.000 armas en Uruguay; el producto es utilizado en varillas para viviendas 1fu7

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La prórroga para guia de armas se extendió hasta marzo de 2025. "Ha aumentado también el número del registro", indicaron. r2a3i

Con el propósito de detener el uso ilegal de armas y prevenir la violencia, la ley obliga a que todas estén registradas.

Hasta el 1 de marzo del año que viene hay plazo para hacer la guía de las armas. Pasado ese plazo habrá sanciones.

En el primer semestre de este año un móvil del registro nacional de armamento recorrió el país con el objetivo de facilitar el trámite a quienes tenían armas sin documentación. Se realizaron 2.345 guías.

El registro prepara una segunda gira para después de agosto.

A nivel país son 615 mil las armas registradas, número que ha crecido en los últimos años.

“Pero ha aumentado también el número del registro de armas. Lo importante es que la población está haciendo lo que debe, que es registrar las armas”, indicó el coronel Sebastián Grolero, jefe del Registro Nacional de Armamento.

De las ilegales no hay cifras. Los estimativos los realizan respecto a los pedidos de información de la Justicia por armas incautadas en diferentes procedimientos.

El arma es un bien hereditario y si la persona la quiere conservar debe realizar la documentación correspondiente para que esté a su nombre. Si la quiere vender, también el traspaso documentado.

Si se la roban debe realizar la denuncia ante la policía, pero también en el servicio de material y armamento, porque es donde dice a nombre de qué persona está.

De no hacerlo puede verse en problemas si el arma se usa en un ilícito.

El Ministerio de Defensa emite la guía del arma, que es como si fuera la libreta de propiedad de un vehículo y el Ministerio del Interior el denominado Thata, título que habilita a la persona a tener el arma.

La ley habilita hasta ocho armas, siempre y cuando los calibres no sean de alto poder, luego pasa a ser coleccionista.

El registro se realiza en Montevideo y Canelones en el propio Servicio Nacional de Armamento y en el interior en las unidades del Ejército.

“El registro lleva la trazabilidad del arma desde que ingresa al país hasta su destrucción en el mejor de los casos”, agregó el coronel.

Esa destrucción que se realiza una vez al año se lleva adelante en la metalúrgica Gerdau, la mayor recicladora de Latinoamérica.

Cada año transforma 11 millones de toneladas de chatarra en acero. Previo al envío las armas se desarman, colocan en tanques, se pesan, lacran y luego se llevan a la fundición. El producto es utilizado en varillas para viviendas.

Cada año el servicio de material y armamento destruye más de 4 mil armas, entre las que completaron los plazos legales y las entregadas por la población porque no quieren tenerlas.

Este 9 de julio fue el Día Internacional de la Destrucción de Armas de Fuego.

DESTRUCCION ARMAS

El servicio de material y armamento es histórico. Los primeros registros de armas datan de 1811 en el país, en ese entonces se llamaba Parque de Artillería. A la denominación actual pasó en 1941.

En su artículo primero la ley 19.247, que refiere a tenencia y porte no autorizado, señala que armas de fuego, municiones, explosivos y otros materiales relacionados que no tengan autorización deben ser incautados.

También las armas requeridas o las que estén en poder de quienes hayan cometido delitos o actos de violencia.

Luego de ser utilizadas como evidencia, la Justicia las deriva al registro de material y armamento. Quedan en depósito. Si en tres años no hay resolución judicial sobre su destino o el propietario no la reclama con la documentación correspondiente, pasan a destrucción.

Desde 1998 -que oficialmente se lleva estadística- y hasta el año pasado se han destruido casi 95 mil armas.

“Las armas se destruyen una vez al año, sobre fin de año, fuera del servicio del armamento”, dijo el coronel Germán Ramírez, director general Servicio Material y Armamento.

Promedialmente son unas 4 mil cada 12 meses, sin embargo, hubo años como el 2008 y el 2017 que esa cifra casi se duplicó. El año pasado fueron 4.713 las armas destruidas y este año se espera una cifra similar.

En el depósito judicial hay 3.400 armas cortas y largas. A eso se suman 1.000 entregadas en forma voluntaria por la población.

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