Cierran este miércoles las inscripciones para Barrido Inclusivo, un programa de la Intendencia de Montevideo gestionado por cinco organizaciones sociales. El sorteo se realiza el jueves y a mediodía quedan publicados los resultados.
Este miércoles cierra inscripción para Barrido Inclusivo; dos mujeres cuentan su historia con el programa
“Me cambió la vida en todos los sentidos", afirma Cándida. "Fueron mi cable a tierra diciendo ‘hay soluciones’”, expresó Patricia.
Hay cien lugares y cupos especiales para poblaciones vulnerables. Hay casi 16.000 personas anotadas.
El programa lleva funcionando desde hace 22 años.
Las organizaciones son las que coordinan la cuadrilla y además acompañan a las mujeres.
Además del trabajo, también ofrecen capacitación y que tiene como objetivo “mejorar las condiciones de empleabilidad de las mujeres en condiciones de mayor vulnerabilidad", contó la directora de Desarrollo Social de la IMM, Mercedes Clara.
La capacitación es sobre distintas herramientas transversales y superan las 200 horas.
El acompañamiento implica atención odontológica, oftalmológica, documentación personal o de la familia. “Que la mujer salga después de nueve meses pronta para esta búsqueda de empleo que también se trabaja”, agregó.
“En estos años (han participado) casi 3.000. 2963 mujeres. Uno dice el número, pero cada número es una vida, cada número es una historia realmente de lucha, de superación, lo que es generar una oportunidad que permite poder proyectar nuevos horizontes”, sostuvo Clara.
Dos historias.
Cándida Ibáñez estaba privada de libertad cuando se anotó al programa.
Dijo que fue detenida el 20 de marzo de 2020. Es de Salto y la transfirieron a Montevideo, donde estuvo detenida en la Unidad 9 de madres con hijos. Con el estudio y trabajo su pena se redujo de tres a dos años.
“Trabajaba en el bagashopping en Salto, atendía un puesto de mujeres. Hubo una denuncia hacia un familiar y como nadie se hizo cargo, estaba enterrado un balde con droga y armas en el fondo de mi casa y por ser mi fondo, caí yo”, contó. “Me arruinaron la vida, me separaron de mis hijos. De mi vida, de mi casa”, agregó. Después de la cárcel sufrió violencia doméstica.
Patricia Massironi estaba en situación de calle cuando conoció el programa.
“En ese momento había sufrido un grave problema familiar. Nos acusaron de ser cómplices de un crimen que ni siquiera sabíamos. Nos quedamos sin casa, sin trabajo, yo sufría síndrome adaptativo con depresión, intentos de suicidio”, narró.
Cándida y Patricia tienen algo en común: dicen que pasar por el programa del Barrido Inclusivo les cambió la vida.
“Salí sorteada y fue una gran alegría porque tenía un montón de problemas y fue como esa luz de esperanza”, afirmó Patricia. “Anotarme y salir sorteada significó tener la ayuda para comprender toda la situación y empezar a ir hacia arriba y no hacia donde estaba yendo”, expresó.
“Me cambió la vida en todos los sentidos. Me motivó tanto que no quería volver a Salto. Mucha empatía, mucho amor, mucha contención. Fue lo mejor que me pudo haber pasado, en mis 34 que recién los cumplí”, dijo Cándida.
Patricia contó que en el programa también la ayudaron a conseguir un lugar en un refugio del Ministerio de Desarrollo Social (Mides). También la atendieron psicólogas del programa.
“Era mi primer trabajo formal. Trabajo desde los 12 y siempre en forma informal. Tuve quiosco de diario y revista, trabajé en el bar de mi madre, fui niñera”, sostuvo Patricia.
Para ella, barrer era como “una terapia”. “Cuando barría, sacaba todo eso para afuera. Medio simbólico”.
“Este programa específico a mí sí me salvó la vida, porque fueron mi cable a tierra diciendo ‘hay soluciones’”, remarcó.
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