Las cuentas del Estado están peor de lo que se preveía. Dejando de lado el efecto de la ley de cincuentones (que genera ingresos ahora, pero más déficit a largo plazo) el déficit de las cuentas estatales alcanzó en enero el 4,3% del PBI. La cifra la informó el semanario Búsqueda a partir de una “fe de errata” del Ministerio de Economía, que corrige el dato previo (que era 4,1% del PBI). 2w6y2i
Grave situación fiscal: las cuentas del Estado están peor de lo que se preveía 5m6j5y
El déficit de las cuentas estatales alcanzó en enero el 4,3% del PBI, lo que equivale a unos U$S 2.400 millones de dólares. 18o3v
Así, el déficit equivale a unos U$S 2.400 millones de dólares, que el Uruguay tiene que cubrir con más deuda. Lo preocupante de la situación es que este déficit en aumento aparece luego de que se hicieran sucesivos “ajustes” fiscales, aumentando impuestos e intentando controlar algunos gastos. Aun así, la situación no mejoró.
Además, esta grave situación fiscal aparece sin que la economía haya caído en una recesión abrupta. Es cierto que hay sectores con problemas y el 2019 no pinta bien, pero la actividad –mal que bien- se sostiene, y aun así el déficit es el mayor en casi 30 años.
Inflación anual cerró en 5,05% en mayo y acumula dos años dentro del rango meta del Banco Central 245r2w
Todo esto permite plantear que el problema es profundo y preocupante, en especial porque aún resta un año para que asuma el próximo gobierno. Mientras, no se ven propuestas firmes para encarar el problema.
Desde el gobierno, el presidente Vázquez abordó el tema fiscal en su acto en el Antel Arena. Partiendo de una cifra de 4% del PBI, señaló que “un punto corresponde al Banco Central, lo que lleva el déficit ‘núcleo’ al 3%”. Vázquez separó así el déficit ‘parafiscal’, el costo por intereses que tiene el Banco Central, y no está mal analizarlo. Sin embargo, por algo el Central incurre en ese déficit: surge de los intereses en pesos que paga para controlar la inflación, emitiendo letras y acumulando reservas en dólares que retribuyen poco.
Agregó que –del restante 3%- un punto corresponde a la asistencia financiera a las pasividades militares. Concluyó entonces que esas son las tres vías que hay que considerar, para mejorar la situación fiscal: Banco Central, pasividades (aquí no especificó si hablaba solo de las militares) y el ‘núcleo duro’ de la economía. “Hermosos desafíos”, señaló, sin dar demasiados detalles.
El análisis tiene un problema: el déficit es el resultado de un determinado monto de gastos, superior a los ingresos. Por tanto, para abordarlo a fondo hay que encarar todo el conjunto de gastos e ingresos, que equivalen a más del 30% del PBI. Decir que parte se explica por el Banco Central o las pasividades militares puede resultar equívoco.
Desde la oposición se habla de austeridad, revisar, “adelgazar el elefante”, para reducir el déficit. Pero sospecho que solo con eso no alcanza. La austeridad y la buena istración son virtudes válidas para cualquier circunstancia; pero ahora se necesita reducir un déficit muy grande y creciente: más que adelgazar el elefante (simpático animal) parecería adecuado cambiarlo, tener otro animal más ágil y fuerte. En definitiva, un Estado pagable, sostenible para la economía, y que retribuya mejor en servicios y competitividad.
Dejá tu comentario 704o4j