El rodaje de James Bond 25 cuenta con una innovación. No serán efectos especiales precisamente, algo que abunda en la saga inaugurada en los 60 por el escocés Sean Connery. Tampoco será un Bond negro, como se ha postulado. Y mucho menos mujer.
James Bond cuenta en el set con un "coordinador de intimidad" para las escenas de sexo
El próximo James seguirá siendo como siempre: mujeriego. bebedor, un asesino al servicio de su majestad.
Sin embargo, entre bambalinas, la producción se ajuste a los tiempos que corren en Hollywood: el set contará con un "coordinar de intimidad" que mediará entre el actor protagonista y las Chicas Bond en las escenas de sexo.
Hasta ahora en el mundo del cine era una cuestión a ojo: el director reservaba a sus estrellas ese diálogo , ese pacto sobre cómo manejar el roce de los cuerpos manteniendo la verdad ante la cámara pero sin traspasar la esfera personal.
El resto se solucionaba con mallas y elementos protectores de las partes pudendas.
Los actores, por lo pronto, siempre han señalado que un set lleno de técnicos obra, en sí mismo, como un regulador de emociones y una barrera de contención.
Se sabe también que ha habido duplas de actores a las que no les importo nada -díganselo a Steve McQueen y Ali MacGraw- dar rienda suelta a las hormonas.
Pero en los tiempos de #MeToo mas vale prevenir que curar, más vale tener un "coordinador de intimidad".En los últimos tiempos se han desatado denuncias que destapan el sufrimiento de decenas de víctimas en la industria.Recién ahora, cuando los protagonistas ya están muertos, se pone de relieve -por ejemplo- que Bernardo Bertolucci dejó hacer a Marlon Brando en la famosa escena de "El último tango en París".
La coprotagonista María Schneider declaró muchos años después, tímidamente, que nadie le pidió permiso para tener sexo con ella en el plató. En aquel entonces, principios de los 90, 20 años después del estreno, nadie prestó atención al exabrupto.
Incluso aquella dolorosa confesión se transformó en un estímulo para volver a apreciar la escena y los métodos actorales del gran Brando.
Ahora le toca el turno a Daniel Craig, quien debe hacer escenas con su nueva "Chica Bond", la cubano española Ana De Armas.
Los productores "hacen todo lo posible" para asegurarse de que el actor, de 51 años, y su nueva chica Bond, de 31 años, estén "cómodos", contó una fuente de la productora dijo al diario The Sun.
"Todo ha cambiado y vamos a hacer todo lo posible para asegurarnos de que todas las estrellas reciban el apoyo que necesitan en el set, incluso durante algunas de las escenas de sexo más atrevidas", agrega la fuente anónima a ese medio.
Cómo funcionará ese coordinador de intimidad: estará en el set durante esas escenas subidas de tono, fiscalizando que lo pautado se cumpla.
Ya está trabajando con Daniel Craig y Ana de Armas para ejecutar el guión. "Es realmente un progreso y es un paso en la dirección correcta, no solo para Bond sino para la industria en general", comentan desde la producción.
Otros piensan distinto: ¿Llegar a ese límite no es desconfiar de los actores a los que se convoca? ¿Es necesario ir a tal extremo o no alcanza con pautar entre los protagonistas de una escena?
Para los que no conocen a Ana de Armas: es cubana, nació en 1988, y espera hacer historia como una de las chicas Bond en la entrega número 25 de la saga del agente 007. “Estoy emocionada y orgullosa de formar parte de esto”, dijo en la presentación de la película, en Jamaica.
El rodaje de este nuevo Bond comenzó con "ruido".
En agosto del año pasado, el director de cine Danny Boyle decidió abandonar la dirección por “diferencias creativas” con sus productores. El anuncio que llegó cinco meses después de que él mismo afirmara que ya estaba trabajando en el nuevo guión.
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