Abel Pintos recordó la cósmica coincidencia que puso a una "Stefanie" en su camino 1h64n

Los presentadores anuncian el turno del representante de Argentina, y el público chileno reacciona abucheando con la virulencia y la rivalidad del fútbol.

Aparece el muchacho, camina al escenario, y con su voz clara comienza a arrullar al monstruo, que cesa el abucheo, lo escucha atentamente, y termina aplaudiéndolo de pie.

Abel se alzó con dos premios esa noche, como mejor cantante y mejor canción.

Años después, las colas de cientos de personas, aguardando durante días para comprar la entrada o conseguir un buen lugar en campo, son el paisaje natural de las previas de sus presentaciones en todo el mundo.

La calma calidez y la sonrisa permanente del artista, que vive alejado de la vorágine de la ciudad, contrastan con el dinamismo de los números que acompañan su siempre creciente carrera, cuyo giro más reciente tal vez es la demanda permanente de shows en España.

Para Abel, el público latino al que arrulla es su familia, y a ellos se entrega con autenticidad. De ahí el nombre del show, que es una invitación al festejo.

En la previa del Antel Arena conversó con Subrayado, recordó Viña del Mar, repasó su carrera, y confesó su iración por Zitarrosa, y la cósmica coincidencia que puso a una Stefanie en su camino, cuando era un adolescente que atendía el teléfono de una radio de música folklórica.