Lautaro Martínez le dio la victoria a Argentina frente a Perú 104w1h

Perú (11) bajó al noveno puesto, más lejos de la clasificación. El partido se jugó ante 35.000 aficionados, un aforo de 50% por la pandemia del coronavirus.

Muralla peruana

Le había peleado la Bicolor la posesión de la pelota a la Albiceleste. Sabía el DT argentino de los peruanos, Ricardo Gareca, que Argentina no está cómoda sin el balón.

Triangulaban en el medio Christofer Gonzáles, Christian Cueva y Raziel Garcia. Quedaba Gianluca Lapadula sólo contra el mundo arriba.

Cuando el equipo que dirige Lionel Scaloni se adueñó del campo y del balón, la escuadra inca se refugió en la retaguardia. Leandro Paredes, Rodrigo De Paul y Giovani Lo Celso armaban su serenata de toques cortos.

El balón tenía que caer en los pies de Messi, el hombre que mete la quinta velocidad y rompe las defensas como si fueran de papel.

Pero Messi no estaba inspirado. No era solo su culpa. Perú se paró muy bien en su última trinchera. Fue un marcaje de acero Carlos Zambrano y Alexander Callens, con Pedro Aquino y Yotún como espartanos abroquelados en el Paso de las Termópilas para frenar al ejército persa.

Las camisetas blanquirrojas formaban una barrera. Parecía el andén de un Metro en hora de entrada o salida laboral. ¿Cómo atravesarla?

Ángel Di María desbordaba por la banda izquierda. 'El Fideo' era una pesadilla para Jhilmar Lora. El juego de Argentina se apagaba de tanto martillar sin que la pared se derrumbara.

La ruptur llegó por una combinación de 2-1 que De Paul le fabricó a Miguel Trauco con Nahuel Molina, cuyo centro fuerte lo clavó Martínez en la red.

Perú sintió el impacto. Un empate no era un mal resultado. Una derrota le haría perder el paso de buscar al menos la repesca de la eliminatoria.

Quemar las naves

No le quedó otro remedio a la Bicolor que quemar algunas naves. Jugarse a riesgo de desguarnecerse. A correr el peligro de darle espacios a Messi y compañía. ¿Qué otra opción le quedaba? Adelantó las líneas unos treinta metros en el campo.

El DT de Perú mandó a la cancha a Gabriel Costa, a Wilder Cartagena y al veterano Jefferson Farfán. Viejo lobo de mar, 'La Foquita' se arrojó en el área sobre las piernas de bloqueo del arquero Emiliano Martínez.

Esta vez 'Dibu' Martínez no desmoralizó al rematador. Yotún y sus nervios estrellaron el penal en el travesaño. Otro golpe para los peruanos.

Cuando Messi levantó su juego, Perú volvió a cerrar las puertas y apostar al contraataque. El arma de recambio de Scaloni fue Nicolás González, siempre amenazador, aunque Argentina sufrió en los minutos finales.